Quien heredó todas las tierras del Rey, don Carlos V, junto con la Virgen de la O; ambos patrones de Jalapa. Cuenta la leyenda que el soberano no quiso dejarles esas extensiones de ganado y tierra a hombre que siempre estarían peleando por ellas, y por eso se las heredó a los santos patronos de Jalapa.
Una leyenda es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Se transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma oral y con frecuencia experimenta supresiones, añadidos o modificaciones.
miércoles, 1 de junio de 2016
LA LEYENDA DEL SEÑOR DE JALAPA
EL CADEJO
El cadejo es un animal legendario, se dice que es un animal parecido al perro que se aparece a quienes deambulan a altas horas de la noche. Es un personaje grande, fuerte y peludo, tiene grandes garras y se suele escuchar su caminar. Según la leyenda existen dos cadejos, uno blanco y otro negro, y simbolizan el bien y el mal respectivamente. El blanco es guardián, y el negro es fiero y peligroso. El cadejo es el espíritu que cuida a los borrachos durante la noche, sobre todo a aquellos que apenas pueden mantenerse en pie. Si el borracho tiene la suerte de ver aparecer al cadejo blando, el bueno, éste permanecerá a su lado protegiéndole. Pero se dice que si el cadejo lame al borracho le hará compañía durante días, y será difícil librarse de él. Al menos, durante las siguientes borracheras el cadejo blanco evitará que el negro se le acerque. Hay versiones que dicen que en realidad el cadejo blanco cuida de la familia, mujer e hijos, cuando el marido se encuentra fuera de la casa. El cadejo negro es el que siempre va detrás de los hombres que han bebido demasiado. Hay quien dice que antes el cadejo había sido humano, pero algún maleficio le condenó a vagar de esa manera hasta el final de los tiempos. No se han conocido historias de ataques relacionadas con estos entes. Lo que más prevalece sin duda, es el sentido protector del cadejo. Es el vestigio de una antigua creencia que supone que todo humano posee un animal de compañía. Este animal es el doble del hombre, de tal manera que la enfermedad o la muerte del primero conllevan la enfermedad o la muerte del segundo. En la actualidad, se puede establecer comparaciones de lo anterior con el pensamiento cristiano, que expresa que el hombre tiene ángel guardián que lo protege de los peligros. La creencia supone la existencia de un animal compañero para cada hombre. Ese animal es el cadejo blanco. Dicho animal acompaña al hombre en todos sus viajes solitarios por la noche. Lo protege y lo defiende contra los malos espíritus encarnados en el cadejo negro, con color tenebroso que simboliza la muerte, o sea, el mal en todas sus manifestaciones. Según dice la tradición, los dos cadejos son a cual más fuerte. En ellos se representa la lucha entre el “bien y el mal”.
LA TATUANA
La tatuana es una leyenda que habla sobre una mujer acusada de brujería. Por ello fue encarcelada y sujeta bajo las leyes de la santa inquisición. Cuentan que la mujer se volvió loca e hizo un pacto con el diablo. El diablo la libró de la cárcel y la condenó a vagar por el mundo sobre un barco en los días de lluvia. Hay relatos que cuentan que hace muchos años, en época colonial, hubo en Guatemala una joven y bella mujer de origen mulato a la que llamaban Tatuana, que disfrutaba con los placeres de la carne y con los placeres del lujo, los cuales no estaban bien vistos en una sociedad recatada y religiosa. Así pues, se acusó a la joven de brujería y de hacer maleficios para conseguir a los hombres. Se le acusó de codicia y de no seguir los preceptos de la iglesia. Por todas estas razones fue juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición, y fue condenada a muerte. La Tatuana se negó a recibir la gracia de confesión de sus pecados antes de morir. Cuentan, que la noche anterior a su muerte, pidió como última gracia un trozo de carbón, unas velas y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo en la celda una especie de altar donde realizó una hechicería. Con el carbón pintó en la pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y se dice que se presentó ante ella el mismo demonio. El demonio le sacó de la celda montada en la barca que había pintado en la pared, y se dice que todavía se la puede ver en los días que llueve grandes aguaceros. Se cree que los antecedentes de esta leyenda provienen de la mitología maya, y más concretamente de la leyenda de Chimalmat (Diosa que se vuelve invisible por causa de un encantamiento).
LA SIGUANABA
Hay varias leyendas de la Segua, siguanaba o siguamota una de ellas cuenta que es una joven muy linda, que persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.
Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el 'caballero' la lleve en su a su destino, pues va para algún lugar cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a su ruego. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás hace que el hombre la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella. Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro a su víctima. Otras leyendas cuentan que son varias. Y no faltan ancianos que aseguren que cuando ellos eran jóvenes atraparon a una. Pero que una vez atrapada y hecha prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente no encontraron el cadáver, sino solamente un montón cáscaras de plátano.
LA LLORONA
La Llorona, la mujer fantasma que recorre las calles de las ciudades en busca de sus hijos.
Cuenta la leyenda que era una mujer de sociedad, joven y bella, que se casó con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la consentía como una niña, su único defecto... que no tenía fortuna. Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas ", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades económicas de su esposa, la que sintiéndose consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigiéndole cada día más, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas y constantes paseos. Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la servidumbre mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron varios años, el matrimonio. Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa, que repulsaba el hogar y nunca se ocupó de los hijos. Pasaron los años y el marido enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la despensa ", la viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le pedían que comer. Por un tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue pasando. Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y sin un centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los reunió diciéndoles que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los ishtos saltaban de alegría, ya que era la primera vez que su madre los levaba de paseo al campo. Los subió al carruaje y salió de su casa a las voladas, como si trajera gran prisa por llegar. Llegó al río, que entonces era caudaloso, los bajo del carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los pequeños, que con las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando. Pero ella, tendenciosa y fría, veía como se los iba llevando la corriente, haciendo gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese momento ya estarían muertos. Como autómata se retiró del lugar, tomo el carruaje, salió como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al lugar del crimen. Era inútil las criaturas habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, se tiró ella también al río y pronto se pudieron ver cuatro cadáveres de niños y el de una mujer que flotaban en el río. Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la señora Marisa venia de ultratumba a llorar su desgracia: salía del cementerio (en donde les dieron cristiana sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando ¡Aaaaay mis hijos ¡ ¡ Donde estarán mis hijos ¡ y así hasta llegar al río de los pirules en donde desaparecía. Todas las personas que la veían pasar a medianoche por las calles se santiguaban con reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna veían su carruaje que conducía una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos. Las mujeres cerraban las ventanas, y al trasnochador que venia con copas, hasta la borrachera se le quitaba al ver aquel carro que conducía un espectro, donde iba la llorona, del carruaje salían grandes llamaradas y se escuchaba una largo y triste gemido de una mujer, un esqueleto vestido de negro, el que guiaba el carruaje, jalado por caballos briosos. Un día, cuatro amigos, haciéndose los valientes, quisieron seguir al carruaje que corría a gran velocidad por céntrica calle de Aguascalientes que daba al río pirules. Ellos la seguían, temblando de miedo, pero dándose valor con las copitas, dio un último grito de tristeza y dolor ¡Aaaay mis hijos ¡ y desapareció con todo y carruaje.
Jalapa destaca por sus leyendas de todo tipo, pero en especial las animistas, de espantos, aparecidos y ánimas en pena. Son abundantes en todo el departamento, pero sobre todo en aldeas y caseríos de Mataquescuintla, Monjas y San Manuel Chaparrón.En sus leyendas figuran personajes como la Llorona, la Siguanaba, la Tatuana, el Cadejo y, en particular, "Los fuegos mágicos", que en los caminos se les aparecen a los campesinos y que son portadores de riquezas, así como "Las ánimas benditas habladoras", que habitan en los cruces de caminos y cuidan de los viajeros.Una variante del Sombrerón, aparece en San Pedro Pinula, con el nombre de Sisimit, de ascendencia indígena, que además del gran sombrero, tiene los pies al revés; se alimenta de ceniza y se rumora que "es hijo de la Llorona con el Diablo". En sus manos lleva una insignia de cofradía que se repite en otro personaje igual que lleva en sus manos, luego en otro y así varias veces hasta perderse en el infinito.Entre las leyendas históricas sobresale la leyenda del Señor de Jalapa, quien heredó todas las tierras del Rey, don Carlos V, junto con la Virgen de la O; ambos patrones de Jalapa.
Cuenta la historia que el soberano no quiso dejarles "esas extensiones de ganado y tierras a hombres que siempre estarían peleando por ellas", y por eso se las heredó a los patronos de Jalapa.En San Luis Jilotepeque y los pueblos de San Pedro Pinula, en "la cumbre" y en la montaña, aparecen personajes de leyenda como Juan Noj, el cuidador de los animales y de los árboles del pueblo, así como el Hun-Aphú, señor de la Montaña de Jalapa y de la Cumbre, que viven entre la bruma y cuidan que no se le haga daño a los animales, árboles y fuentes de agua.
Verdaderas leyendas de Jalapa
Las verdaderas leyendas que recorren Jalapa,
historias verdaderas que invaden cada noche tu mente para que nunca puedas
olvidar lo fácil que es estar entre el mundo del más allá y tu vida todo lo que
acá se publica es real y ocurrido en nuestros días! podrás soportar el miedo?
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